Eduki publikatzailea

En la jornada de hortícolas de invierno de INTIA se subraya la mayor incidencia de algunas plagas y enfermedades que antes eran secundarias en Navarra debido a las condiciones climatológicas extremas registradas este año

La sociedad pública congrega en la finca experimental de Cadreita a un centenar de profesionales en un evento organizado en colaboración con LIFE-IP NAdapta-CC.

24-11-2023


La finca experimental de INTIA en Cadreita acogió la jornada de hortícolas de invierno, organizada en colaboración del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC, que se celebró el pasado 8 de noviembre y en la que se hizo balance del inicio de la campaña de hortícolas de invierno, un cultivo que en el caso de Navarra ocupa una superficie que ronda las 13.000 hectáreas de gran diversidad como son las crucíferas, las leguminosas o las cucurbitáceas, por citar las principales. 

La jornada contó con la colaboración de LIFE-IP NAdapta-CC, estrategia de adaptación al cambio climático del Gobierno de Navarra, quien colabora en esta jornada formativa en los ensayos de variedades y de protección de cultivos. El programa de formación de INTIA está financiado por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y cofinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural.

El factor climatológico, determinante

El factor climatológico ha sido determinante en el inicio de esta campaña debido fundamentalmente a las altas temperaturas, que han superado entre 3 ºC y 4,5 ºC las medias históricas, y a las lluvias caídas desde junio, muy por encima de la media registrada. A esta situación excepcional, cabe sumar la incertidumbre en el sector a comienzo de campaña, precisamente por la escasez de agua embalsada, lo que llevó a retrasar la toma de decisiones y, por consiguiente, la época de plantación, lo que ha supuesto un desplazamiento de los ciclos en los cultivos. 

Estos tres factores, el calor extremo, el ambiente húmedo y el desplazamiento del ciclo de cultivo, han sido determinantes para crear unas condiciones óptimas para la proliferación de plagas y enfermedades, algunas de ellas de una forma inusual. Tanto es así que plagas que en años anteriores eran secundarias en Navarra, han pasado este año a ser principales debido a la excepcionalidad de la campaña. El ejemplo más claro es el caso de Hellula undalis o polilla del tallo de las crucíferas, un lepidóptero que se alimenta de las yemas terminales del tallo y que llega a dejar al cultivo sin cabeza. En cuanto a enfermedades, la alternaria ha sido la más frecuente en las parcelas navarras, con presencia también de bacteriosis o mildiu, en otros casos. 

Desde los equipos técnicos de Asesoramiento y Experimentación de INTIA, se insistió en la premisa de que no hay que descuidar los conceptos y prácticas agronómicas que contribuyen a prevenir este tipo de enfermedades y plagas. “Las limitaciones en el uso de tratamientos fitosanitarios y los factores externos como la climatología adversa, deben reforzar la necesidad de adoptar medidas agronómicas que sean soluciones efectivas”, señaló Daniel Andión, quien recordó que desde INTIA se están investigando alternativas como las nuevas variedades, distintas épocas de plantación, tipos de manejo, que pueden favorecer el buen desarrollo del cultivo. “Se trata de observar de manera constante, de estar en el campo, y de estudiar opciones complementarias que se puedan adaptar a las nuevas circunstancias con las que nos estamos encontrando”, apuntó. 

En el repaso de estos cultivos, se destacó la reducción del 26% de superficie de alcachofa en los últimos años en la geografía navarra, a pesar de la recuperación que se produjo hasta el año 2018. En cuanto a producción, el año pasado se detectó un ligero incremento con cerca de 13.000 toneladas en total, unas 400 toneladas más que el año anterior. 

En cuanto a la coliflor, a pesar de que la superficie plantada se había ido recuperando en las dos últimas décadas, en los últimos cinco años se ha registrado una caída del 45% hasta bajar del umbral del millar de hectáreas. Y según datos de coyuntura agraria, la producción ha caído de la misma manera hasta llegar a las 35.000 toneladas. 

El brócoli es el tipo de cultivo que mayores problemas está acusando en Navarra (sanitarios, alza de costes, falta de mano de obra) y que en 2023 ha roto la línea ascendente de superficie con 4.127 hectáreas en total, un millar menos que el año pasado. 

En la jornada, la técnica de INTIA especializada en gestión de malas hierbas, lrache Garnica, insistió en el esfuerzo que hay que hacer y diversificar al máximo las acciones que ayuden a mejorar la gestión de las arvenses (falsa siembra, deshierbe mecánico, conocer muy bien el problema de cada parcela, conocer las características de los herbicidas para aplicarlos de forma óptima). Lo resumió con esta frase: "El uso exclusivo de la lucha química, puede ser un fracaso".

Cerca de un centenar de personas asistieron a esta jornada de hortícolas de invierno que tuvieron también la oportunidad de visitar en campo los distintos ensayos que se están desarrollando en esta finca experimental de Cadreita.