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El Sexto Informe de Evaluación del IPCC dedicado a mitigación del cambio climático apunta a la reducción total de los combustibles fósiles en la próxima década

Los informes de evaluación del IPCC constituyen la mejor referencia internacional sobre el estado del conocimiento científico en materia de cambio climático.

05-04-2022


El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) hizo ayer público la tercera entrega del Sexto Informe de Evaluación dedicado a la mitigación del cambio climático, tras cuatro años de trabajo. El panel de especialistas en cambio climático ligado a la ONU apunta que reducir hasta casi eliminar el uso de los combustibles fósiles es la acción que deberá guiar a la población mundial en los próximos diez años. Aunque por ahora, este objetivo está lejos de lograrse, y en panel de expertos reconoce que las políticas aplicadas hasta el momento aseguran un calentamiento de más de 3 ºC.

Este informe, ha sido elaborado por 278 autores de 65 países diferentes, a lo que se suma la colaboración de 354 especialistas en calidad de colaboradores. Para su redacción, se han tenido en cuenta casi 20.000 artículos y 60.000 comentarios de especialistas y gobiernos. 

Según el IPCC, hay opciones en todos los sectores para reducir al menos a la mitad las emisiones de aquí a 2030. Lograrlo “implicará una reducción sustancial del uso de combustibles fósiles”, así como una electrificación generalizada, una mayor eficiencia energética y “el uso de combustibles alternativos”, como es el caso del tan de moda hidrógeno (verde).

Para no sobrepasar los 1,5 ºC es necesario que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo antes de 2025 como muy tarde, es decir, en apenas tres años. Además, debe haber una reducción del 43% de las emisiones para 2030. Esto implica, en la práctica, una reducción para 2050 respecto a 2019 del 95% en el consumo de carbón, del 60% en el petróleo y del 45 % en el gas. Para estabilizar la temperatura en el grado y medio es necesario alcanzar emisiones netas de CO2 a principios de la década de 2050. En el caso de los 2 ºC, a principios de la década de 2070. “Es ahora o nunca”, sentenció Jim Skea, copresidente del Grupo de Trabajo III (responsable de este informe) del IPCC.

Estos esfuerzos se concentran en disminuir, principalmente, el CO2, pero ni mucho menos debe ser el único. El IPCC deja claro que el metano –un gas cuyo potencial de calentamiento puede llegar a ser hasta 80 veces superior al del CO2– debe reducirse en un tercio aproximadamente. 

Junto a esto, el despliegue de la CDR (eliminación de dióxido de carbono a gran escala) para contrarrestar las emisiones residuales difíciles de eliminar “es inevitable” si se quiere lograr un nivel neto de emisiones de CO2, recoge el informe.

Energías renovables menos costosas

Las ciudades ofrecen importantes oportunidades de reducción de emisiones. El IPCC considera que puede lograrse mediante “un menor consumo de energía” (por ejemplo, creando ciudades compactas y transitables), “la electrificación del transporte en combinación con fuentes de energía de bajas emisiones, y una mayor captación y almacenamiento de carbono utilizando la naturaleza”.

El informe también pone el foco en las enormes desigualdades en las contribuciones al cambio climático. Señala que el 10% de los hogares con las mayores emisiones per cápita contribuyen a cerca del 36-45% de las emisiones mundiales, y que “18 países han reducido de forma sostenida las emisiones durante más de 10 años”.

A diferencia de años atrás, el precio ya no es una excusa. El IPCC apunta que desde 2010 se han producido descensos sostenidos en los costes de las energías solar (un 85%) y eólica (55%), así como de las baterías (85%). Además, ponen en valor las muchas políticas y leyes impulsadas para avanzar hacia la acción climática: «Contar con las políticas, la infraestructura y la tecnología adecuadas para permitir cambios en nuestros estilos de vida y comportamientos puede suponer una reducción del 40-70% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050. Esto ofrece un importante potencial sin explotar», asegura Priyadarshi Shukl, copresidente del Grupo de Trabajo III. 

En cuanto a la nuclear, recientemente catalogada junto al gas por la Comisión Europea como inversión sostenible de cara al sector de las inversiones, el informe difundido este lunes apenas la menciona. El IPCC sostiene en el texto que «la adopción de la energía nuclear y de la captura y almacenamiento de CO2 (CAC) en el sector eléctrico ha sido más lenta que las tasas de crecimiento previstas», y asegura que los datos que van apareciendo desde el anterior informe sobre mitigación (el AR5, de 2015) indican que «las tecnologías a pequeña escala (como la energía solar o las baterías) tienden a mejorar más rápidamente y a adoptarse con mayor rapidez que las tecnologías a gran escala como la nuclear«.

Apuesta por el vehículo eléctrico

En cuanto al transporte, el IPCC considera que las opciones centradas en la demanda y las tecnologías de bajas emisiones pueden reducir las emisiones en los países desarrollados y limitar el crecimiento de las emisiones en los países en desarrollo. Para lograr el objetivo de 1,5 ºC es necesario reducir las emisiones del transporte un 59% para 2050 en comparación con los niveles de 2020.

El grupo que asesora a la ONU señala que “los vehículos eléctricos alimentados con electricidad de bajas emisiones ofrecen el mayor potencial de descarbonización para el transporte terrestre sobre la base del ciclo de vida”. Además, asegura –aunque con una confianza menor– que los biocombustibles sostenibles pueden ofrecer “beneficios adicionales” de mitigación en el transporte terrestre a corto y medio plazo (confianza media). 

Industria y uso de la tierra

Reducir la contribución del sector industrial al cambio climático implica, según el IPCC, una acción coordinada a lo largo de las cadenas de valor para promover un uso más eficiente de los materiales, la reutilización y el reciclaje de productos y la minimización de los residuos. El grupo de especialistas reconoce que alcanzar las cero emisiones requerirá nuevos procesos de producción, electricidad de bajas o nulas emisiones, hidrógeno y, “cuando sea necesario, captura y almacenamiento de carbono”. En el caso de esta última, solo se aceptan aquellas capaces de capturar el 90% o más de las emisiones de las centrales eléctricas o el 50-80% de las fugas de metano.

La agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra, “cuando se implementan de forma sostenible”, pueden proporcionar reducciones de emisiones a gran escala, además de eliminar y almacenar cantidades muy significativas de dióxido de carbono. Sin embargo, los autores recuerdan que la tierra no puede compensar totalmente el retraso de las acciones en otros sectores, en una referencia a los gobiernos y su obsesión por solucionar todo problema climático simplemente plantando árboles.