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Balance de la undécima y última jornada del curso ‘Emergencia climática: la adaptación como una herramienta eficaz frente al cambio climático’ 

Esta sesión, con el título ‘Gobernanza, estrategias y gestión’, acercó a las personas inscritas al Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC), a la Estrategia Pirenaica del Cambio Climático, y la Hoja de Ruta Frente al Cambio Climático de Navarra, así como la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética.

21-04-2023


La undécima y última jornada del curso‘Emergencia climática: la adaptación como una herramienta eficaz frente al cambio climático, tuvo lugar el pasado martes, 18 de abril de 2023.   

Una formación gratuita en la que se han inscrito más de mil cien personas, y es fruto del convenio de colaboración entre la Dirección General de Medio Ambiente de Gobierno de Navarra, a través del LIFE-IP NAdapta-CC, la Delegación de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Navarra y el centro asociado de Universidad Nacional de Educación a Distancia(UNED) en Tudela.   

La charla comenzó con una breve introducción a cargo de Peio Oria, Delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Navarra, quien presentó a las personas ponentes de esta última sesión del curso.

El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC)

Francisco Heras Hernández, de Oficina Española de Cambio Climático (OECC) fue el primero en intervenir para explicar el marco de gobernanza en el ámbito estatal a través del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (2021-2030).

En este sentido, la planificación en materia de adaptación en España, explicó, se basa en tres documentos con alcances temporales, contenidos y niveles de concreción complementarios como son: la Estrategia a Largo Plazo, que toma el horizonte 2050; el Plan Nacional de Adaptación (PNACC), que define una hoja de ruta para la década 2021-2030; y el programa de trabajo, un documento de carácter operativo que se centra en el período 2021-2025.

En el caso concreto del PNACC, está organizado de forma temática en 18 ámbitos de trabajo para facilitar la integración de las actuaciones de adaptación en los distintos campos de la gestión pública y privada. No obstante, ante un riesgo derivado del cambio climático y tratar de limitarlos al máximo, se deben tener en cuenta sectores e instituciones distintas que tienen que trabajar de forma coordinada.

Así, el PNACC plantea que la responsabilidad en la ejecución de las medidas de adaptación que contiene se reparta entre un total de 18 ministerios del Gobierno de España, según sus ámbitos de trabajo.

El PNACC identifica siente aspectos clave a transversalizar en los ámbitos de trabajo sectoriales y concreta líneas de acción para hacerlo: orientación a la acción (para acelerar la adaptación al cambio en todos los ámbitos y hacer frente a la emergencia es necesario centrar la atención en el desarrollo y la aplicación de soluciones efectivas y ambiciosas orientadas a limitar los riesgos derivados del cambio climático); costes y beneficios (componente importante para la valoración y selección de las medidas adecuadas proporcionando una información importante y útil para la toma de decisiones); vulnerabilidad social (el cambio climático afecta de forma desigual a distintos grupos humanos); vulnerabilidad territorial (los riesgos del cambio climático no se distribuyen de forma homogénea en el territorio); efectos transfronterizos (impactos más allá de nuestras fronteras como flujos de personas, de mercancías, financieros o biofísicos); enfoque de género (existen diferencias en la forma en que hombres y mujeres perciben el cambio climático, valoran los riesgos que conlleva, sufren sus impactos o valoran o asumen medidas de respuesta); y maladaptación (acciones desarrolladas con el objetivo de evitar o reducir los riesgos derivados del cambio climático que en realidad pueden tener efectos adversos, incrementando la vulnerabilidad frente al cambio climático de sistemas, sectores o grupos sociales).

Para finalizar, Francisco Heras Hernández realizó una breve aproximación al programa de trabajo 2021-2025, que define medidas concretas, quiénes son los responsables de su cumplimiento, definir los indicadores de cumplimiento (qué resultados deberán alcanzarse), así como el grado de prioridad de cada una de las medidas.

Estrategia Pirenaica de Cambio Climático

A continuación, fue el turno de Eva García Balaguer, responsable de la coordinación del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático – Comunidad de Trabajos de los Pirineos (OPCC-CTP), una iniciativa destinada a promover acciones climáticas en el territorio transfronterizo pirenaico. Y es que los Pirineos son una biorregión especialmente vulnerable al cambio climático; los impactos del cambio climático no conocen límites administrativos; y la acción conjunta y la cooperación tiene un mayor impacto que las acciones individuales.

Así, los objetivos de la OPCC son, en primer lugar, mejorar el conocimiento sobre el cambio climático en los Pirineos; promover la innovación en acciones concretas de la capitalización de los resultados obtenidos; garantizar la transferencia de las recomendaciones y los resultados del OPCC a los agentes sectoriales; y aumentar la visibilidad de los Pirineos en materia de cambio climático y participar en las redes europeas e internacionales.

En cuanto a la gobernanza, se desarrolla en multinivel en la OPCC con un comité ejecutivo (la Comunidad de Trabajos de los Pirineos), un comité técnico, un comité de coordinación, un comité asesor, además de una mesa de seguimiento.

La Estrategia Pirenaica de Cambio Climático (EPiCC) llega después de doce años de trabajo para poder capitalizar una serie de experiencias a partir de unas estrategias regionales para cada uno de los territorios. Fue aprobada el 30 de noviembre de 2021 por los representantes de todos los territorios, con un enfoque transfronterizo. Su objetivo principal es conseguir que los Pirineos sean, en 2050, un territorio resiliente a los efectos del cambio climático, siendo la cooperación la clave para actuar en este sentido.

En consecuencia, explicó García Balaguer, los principios fundadores de la EPiCC son: cooperación transfronteriza; acciones innovadoras; acciones sinérgicas con la Estrategia Pirenaica de la CTP; visibilidad europea e internacional; generación y transferencia de conocimiento.

El gran aporte de esta estrategia es su enfoque sistémico ya que integra la economía de montaña adaptada; el clima; población y territorio; espacios naturales resilientes; y gobernanza. Todo ello en 38 líneas de actuación, 15 desafíos y 5 sistemas.

La Hoja de Ruta frente al Cambio Climático de Navarra (HCCN-KLINA) y la Ley Foral de cambio climático y transición energética (LFCCTE)

Itziar Almárcegui Artieda, bióloga en el equipo de coordinación del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC en el Servicio de Economía Circular y Cambio Climático de Gobierno de Navarra, comenzó su intervención hablando de la Hoja de Ruta frente al Cambio Climático de Navarra (HCCN-KLINA), que fue aprobada mediante acuerdo del Gobierno de Navarra el 24 de enero de 2018 y que se considera una herramienta global, basada en la coordinación de diferentes políticas sectoriales. Para ello es necesaria la cooperación entre agentes territoriales y considerar la concienciación de la propia sociedad navarra frente a la sostenibilidad.

KLINa intenta responder a la necesidad de aprobar e implantar una estrategia ambiental integral y transversal en Navarra, que aborde los compromisos adquiridos en nuestra comunidad frente al cambio climático pero que además asuma los objetivos internacionales, a la vez que fomenta una economía baja en emisiones y un territorio que sea sostenible y más resiliente.

Así, KLINa tiene un doble componente: por un lado, un componente estratégico, porque con esta hoja de ruta se definen objetivos y una visión de futuro con diferentes horizontes (2020, 2030. 2050…); y además, el componente operativo, pues con ella se identifican medidas a corto y medio plazo así como compromisos presupuestarios de tal manera que se obtiene un programa de actuación. De esta manera, KLINa identifica un total de 25 líneas de actuación y 63 medidas. Entre todas ellas, destaca un área de actuación transversal centrada en la cooperación e intercambio de conocimiento que resulta fundamental.

A continuación, Miguel Ángel González Moreno, técnico en el equipo de coordinación y responsable de comunicación del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC en el Servicio de Economía Circular y Cambio Climático de Gobierno de Navarra, centró su intervención en la Ley Foral de cambio climático y transición energética (LFCCTE), aunque comenzó con una breve explicación del marco jurídico actual, indicando cómo de forma generalizada la normativa emana inicialmente en el nivel europeo, para posteriormente transponerse a nivel nacional, pudiendo después las comunidades autónomas, en función de sus competencias, elaborar legislación autonómica propia. Sin olvidar la existencia de los acuerdos internaciones, que formarían también parte del ordenamiento jurídico. En materia específica en cambio climático, González Moreno mencionó la existencia a nivel nacional de la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética; y así como también cómo a nivel regional, algunas comunidades han desarrollado su propia normativa, como es el caso de Navarra, con la Ley Foral 4/2022, de 22 de marzo, de Cambio Climático y Transición Energética, la cual pasó a describir de forma más detallada.

La Ley Foral se compone, además de un preámbulo, de varios títulos: disposiciones generales (I), gobernanza y planificación (II), mitigación del cambio climático y nuevo modelo energético (III), adaptación al cambio climático (IV), administración sostenible (V), e inspección, seguimiento y régimen sancionador (VI), y disposiciones finales. González Moreno se centró principalmente en el título IV de la ley, ya que trata los aspectos sobre adaptación al cambio climático. Este título contiene diez artículos (del 61 al 70) que abordan en primer lugar el ámbito general de la adaptación al cambio climático para posteriormente centrarse en áreas concretas como el medio natural; medio rural; medio urbano; planificación sectorial y cambio climático; así como la adaptación al cambio climático en materia de planificación y gestión del ciclo integral del agua; recursos hídricos; pobreza energética; adaptación en materia de salud y sectores sociales vulnerables; y adaptación en materia de turismo.

El artículo 61 plantea cómo preparará Gobierno de Navarra a la sociedad navarra para que se adapte al cambio climático. Así, analizará de qué manera hacer un seguimiento; fomentará la investigación; dirá cómo de ser la coordinación administrativa; tomará medidas para reducir los efectos (impactos); informará, sensibilizará y apoyará a los agentes sociales para que hagan que Navarra se adapte mejor al cambio climático; dirá de qué manera revisar los planes sectoriales que hay para adaptarse; y fomentará medidas para la reducción del consumo de agua.

El artículo 62 aborda qué harán Gobierno de Navarra y el resto de administraciones públicas de la comunidad para adaptar la naturaleza al cambio climático. De esta manera, se establece que todas las medidas que tomen respetarán la biodiversidad y los recursos naturales; coordinarán y se asegurarán la financiación para llevar a cabo los diversos planes; y se tomarán medidas en cuanto a sistemas de monitoreo y seguimiento; conservación y restauración de ecosistemas; vigilancia, detección e investigación; modelo territorial, infraestructura verde y corredores biológicos; evaluar impactos y gestión de espacios naturales; prevención frente a emergencias; caudales ecológicos, mantenimiento de humedales; gestión forestal sostenible; y especies exóticas invasoras.

El artículo 63 se centra en qué hará Gobierno de Navarra para que el medio rural se adapte al cambio climático. Creará un sistema de seguimiento del cambio climático en el sector primario; publicará una guía de buenas prácticas agrícolas para reducir la emisión de GEI; dará ayudas y tomará medidas para que en el año 2030 el 25% de la agricultura esté en ecológico, haya más ganadería ecológica y más mercados de proximidad. Además, se fomentará el uso eficiente del agua, la investigación agrícola, mejorar las prácticas agrarias, conservación de la microbiota del suelo, seguimiento de plagas o enfermedades emergentes, agricultura de precisión, regular el uso de fertilizantes, prevención de la degradación del suelo, conservación de las especies autóctonas, y pautas de nutrición animal.

El artículo 64, con respecto al medio urbano, para adaptar los pueblos y las ciudades al cambio climático se mejorarán los sistemas de vigilancia y alerta temprana, así como los protocolos de actuaciones ante eventos extremos y otros riesgos derivados del cambio climático; se reducirá la exposición impulsando una ordenación y planificación urbana adecuadas; proteger los servicios públicos, infraestructuras, transporte y edificios; garantizar que las nuevas urbanizaciones y los proyectos de reurbanización incorporen medidas de renaturalización y sistemas de drenaje sostenibles; impulsar huertos públicos, reducir islas de calor…

El artículo 65, referido a la planificación sectorial, el texto afecta a diez sectores industriales que requieren de un análisis de vulnerabilidad; medidas para adaptarse y un sistema de seguimiento y monitorización; conocer la cantidad de GEI que se emite; y reducir sus emisiones de GEI.

El artículo 66, que habla del ciclo integral del agua se centra en evaluar cómo afecta el cambio climático en los recursos hídricos y reforzar la recogida de parámetros clave para el seguimiento de los impactos; integración en la gestión y planificación hidrológica; aportación económica para la restauración de los ecosistemas y la gestión del ciclo del agua; derivación hacia la calidad de ecosistemas acuáticos y abastecimiento urbano; aprovechamiento del agua contaminada (nitratos) para el ámbito industrial; investigar qué efectos tienen el cambio climático en la gestión del agua y su efecto en la población; y también, impulsar que el ciclo urbano del agua favorezca el desarrollo económico y social.

El artículo 67, respecto a recursos hídricos, plantea qué deben tener en cuenta las medidas de Gobierno de Navarra para proteger el sistema hídrico: medidas para reducir la vulnerabilidad del sistema hídrico navarro; fomentará el estudio de los diferentes usos de suelo de Navarra y su relación con los procesos que configuran el ciclo hidrológico; elaborarán los oportunos planes de sequía que serán revisados cada tres años; el suministro de agua para consumo humano será considerado como un derecho humano y ciudadano y deberá tener carácter público y prioritario; revisión y actualización de la normativa navarra.

El artículo 68, dedicado a la pobreza energética, para proteger a las familias y personas más vulnerables por falta de recursos económicos, se garantizará el suministro de agua potable, electricidad y gas; se elaborará el desarrollo reglamentario en el que se establezcan los mecanismos de compensación y garantía necesarios; las empresas de energía eléctrica, agua potable y gas no podrán interrumpir los suministros sin disponer de un informe favorable de los servicios sociales; las empresas comercializadoras de energía eléctrica emplearán la energía excedentaria resultante al ‘Fondo Climático de Navarra’, fondo que está regulado en el artículo 13 de la LFCCTE.

El artículo 69, de adaptación en materia de salud y sectores sociales vulnerables, plantea hacer un plan de transición energética justa y justicia climática. En este plan se hará un estudio de los sectores económicos y sociales que están afectados por la transición energética y se tomarán medidas para reducir sus efectos. Además, establecerá sinergias con otros planes y estrategias.

Y finalmente, el artículo 70, centrado en materia de turismo, expone las medidas que se tomarán para que el turismo sea más sostenible, más respetuoso con el territorio y consuma menos recursos. Lo hará mediante la inclusión de criterios de sostenibilidad en la estrategia de promoción turística; la evaluación de los riesgos derivados del cambio climático para el sector; sensibilización e información del personal que trabaja en el sector turístico y de los turistas sobre el impacto del cambio climático y el uso sostenible de los recursos; fomento de certificados ambientales para actividades y establecimientos; impulso de medidas que fomenten la rehabilitación energética, la reducción del consumo de energía y agua, y el incremento de la aportación de energías renovables en las instalaciones y actividades turísticas.

González Moreno terminó su exposición haciendo mención a una versión de lectura fácil recientemente publicada sobre la LFCCTE y que está disponible en la página web de LIFE-IP NAdapta-CC, así como de la existencia del buzón de correo electrónico cambioclimatico@navarra.es de atención a la ciudadanía.

Finalmente, Peio Oria cerró la sesión realizando una valoración del curso y agradeció el seguimiento y aceptación que ha tenido entre el alumnado inscrito.