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Balance de la quinta jornada del curso ‘Emergencia climática: la adaptación como una herramienta eficaz frente al cambio climático’ 

Esta quinta charla, que llevó por título ‘Gestión adaptativa al agua’, se centró en algunas estrategias de LIFE-IP NAdapta-CC como las llevadas a cabo por NILSA y GAN-NIK, así como la estrategia Ebro Resilience.

23-12-2022


La quinta jornada del curso ‘Emergencia climática: la adaptación como una herramienta eficaz frente al cambio climático’, tuvo lugar el pasado martes, 20 de diciembre de 2022.  

A esta formación gratuita se han inscrito ya más de mil cien personas, y es fruto del convenio de colaboración entre la Dirección General de Medio Ambiente, a través del LIFE-IP NAdapta-CC, la Delegación de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Navarra y el centro asociado de Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Tudela.  

La sesión arrancó con una breve introducción sobre el agua y el cambio climático a cargo de Itziar Almárcegui Artieda, del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC y técnico en el Servicio de Economía Circular y Cambio Climático de Gobierno de Navarra. Posteriormente se dio paso a la primera de las ponencias. Durante la jornada, se expusieron los programas de alertas tempranas y sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS), los planes de emergencia ante inundación que se han llevado a cabo en Navarra; y por último, se explicó la estrategia de adaptación Ebro Resilience y el proyecto LIFE Ebro Resilience.

Alertas tempranas y sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS)

Julen Fernández Sanz de Galdeano, responsable del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC en NILSA, comenzó dando unas pinceladas sobre la Ley Foral de Saneamiento de Aguas Residuales de 1988, que tenía como objetivo garantizar la defensa y recuperación del medio ambiente de los cauces fluviales, así como la efectiva implantación de los servicios de depuración en cuanto a infraestructura local, con el fin de completar la capacidad regeneradora de los ríos.

Pasó a explicar el proceso de depuración de aguas residuales a través de un proceso de decantaciones antes de ir a parar a los ríos. Se centró también en los sistemas de alerta temprana ante posibles emergencias ambientales producidas en plantas de tratamiento de aguas residuales, como la detección de vertidos ‘fuera-norma’. El ponente señaló que, gracias a este tipo de equipos y sistemas de alerta, se han podido detectar vertidos ilegales de empresas.

En cuanto a la gestión de los sistemas de saneamiento en tiempo de lluvia, apunó que es “un problema muy complejo desde el punto de vista ambiental, técnico, de coordinación de competencias y también económico”. En este sentido, las principales estrategias para el control de los impactos por Desbordamientos de los Sistemas de Saneamiento (DSS), son: medidas no estructurales, desarrollo de SUDS (Sistema Urbano de Drenaje Sostenible), construcción de infraestructuras anti-DSU, y diseño o adaptación de la EDAR a la gestión de flujos en tiempo de lluvia.

En el marco de LIFE-IP NAdapta-CC también se han adaptado las redes de alcantarillado urbano mediante SUDS. Esto ha permitido reducir la generación de escorrentía, gestionar caudales reduciendo el riesgo de inundaciones, proteger la calidad del agua, e incrementar la recarga subterránea.

Planes de emergencia ante riesgo de inundación

Javier Loizu Maeztu, responsable del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC en Gestión Ambiental de Navarra (GAN-NIK), comentó en primer lugar que Navarra cuenta con 25 Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARSPIS), con 81 tramos de riesgo que afectan a 102 municipios, 45 de ellos con especial riesgo de inundación.

Así pues, el Plan Especial de Emergencia ante el riesgo de inundación de Navarra define que esos 45 municipios tienen la obligatoriedad de contar con un Plan Municipal para la gestión de emergencia por inundación con una estructura definida (fundamentos, análisis del riesgo, estructura y organización, operatividad e implantación, y anejos con consejos a la población, fuentes de información de aforos y pluviómetros, cartografía y mapas).

El trabajo de redacción de cada uno de estos planes comienza por la coordinación con los ayuntamientos, responsables de brigadas municipales y policía local. En segundo lugar, se realiza un análisis de los caudales históricos en cada localidad y estudiamos los tiempos de circulación de los caudales. En tercer lugar, los planes incluyen cartografía y mapas para documentar las cuencas vertientes de cada municipio, situar la ubicación de las estaciones de aforo y pluviómetros, así como los mapas de peligrosidad y riesgo. Seguidamente se establecen cuatro niveles de emergencia, del 0 al 3 para avisar a la población. También los planes municipales recogen los umbrales hidrológicos o pluviométricos de cada localidad, así como unas fichas de actuación que los responsables municipales deben seguir en situación de emergencia y que contienen las actuaciones a realizar.

Toda esta información se ha traslado a un entorno digital gracias a la financiación de LIFE-IP NAdapta-CC. Cada plan municipal cuenta con una página web en la que la ciudadanía puede consultar toda la información relativa a su municipio, así como darse de alta en el sistema de alerta por sms.

Por último, tras la realización de cada plan tienen lugar también sesiones de formación y difusión con los agentes interesados de cada localidad.

 

Gestión del riesgo de inundación en el tramo medio del Ebro: Estrategia Ebro Resilience

David Gargantilla Cañero, jefe del Servicio de Actuaciones en Cauces de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y coordinador de la Estrategia Ebro Resilience, acercó a las personas asistentes al curso la problemática del tramo medio del río Ebro en cuanto a inundaciones. Y es que las aguas de las crecidas de los principales ríos confluyen en el tramo medio, del Logroño y el embalse de Mequinenza. Una zona catalogada como de alta probabilidad de inundación, y declarada, en su mayor parte, como Área de Riesgo Alto Significativo.

A comienzos del siglo XXI se produjo un cambio en el enfoque de la gestión de los ríos atendiendo a una doble funcionalidad hidráulica y ambiental, aumentando la capacidad de desagües de los ríos y la protección de los ecosistemas, adaptándose a las inundaciones no tratando de evitarlas.

Así, en la cuenca del Ebro se combinan varias iniciativas como el Plan de Gestión del Riesgo de Inundación (PGRI), la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (ENRR), la coordinación interadministrativa y la participación de la población local.

En este contexto nace en 2018 la estrategia Ebro Resilience, que pretende ser un marco de colaboración entre las distintas Administraciones, así como otros actores, para trabajar de forma solidaria y coordinada en la gestión del riesgo de inundación del tramo medio del Ebro. Su misión es promover actuaciones que reduzcan el impacto de las inundaciones en los tramos de mayor riesgo del tramo medio del río Ebro, implementando medidas que a su vez contribuyan a mejorar el estado de nuestros ríos, mejorando la capacidad de respuesta de la población ante estos episodios. Así, el objetivo último es conseguir un tramo medio del Ebro en el que las actividades económicas y los núcleos de población convivan con un río en buen estado de conservación, sin que las inevitables crecidas produzcan daños significativos.

Ebro Resilience persigue un cambio en la gestión de las inundaciones estableciendo un nuevo modelo fluvial basado en la adaptación. Para ello se han seleccionado 18 tramos del río con mayor riesgo de inundación con dos actuaciones en los tramos entre Alfaro y Castejón, y Osera de Ebro y Fuentes de Ebro, enmarcadas en el proyecto Life Ebro Resilience P1.

Así, la estrategia Ebro Resilience se basa en las 3P+R (Prevención, Protección Preparación y Recuperación). Se trabaja con modelos digitales del terreno de gran precisión, combinando tecnología LIDAR con topografía clásica, incorporando batimetría del lecho del cauce; realizan modelizaciones hidráulicas bidimensionales de última generación; así se consiguen realizar simulaciones para caudales de diseño de acuerdo al modelo fluvial desarrollado. Así, el funcionamiento del río se analiza buscando las causas de los problemas detectados. Finalmente, la propuesta de alternativas debe resolver el origen de las problemáticas detectadas. Esta combinación de actuaciones se expone a la población en talleres participativos y abiertos a quejas, comentarios y opiniones. Finalmente, la intervención comienza su tramitación.