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Balance de la cuarta jornada del curso ‘Emergencia climática: la adaptación como una herramienta eficaz frente al cambio climático’ 

Esta cuarta charla, titulada ‘Adaptación agrícola’, acercó al alumnado a algunas estrategias de LIFE-IP NAdapta-CC para el uso eficiente del riego y de gestión de plagas, y a las estrategias de mitigación a través de una agricultura inteligente en carbono, con el ejemplo de proyecto LIFE Agromitiga.

02-12-2022


La cuarta jornada del curso ‘Emergencia climática: la adaptación como una herramienta eficaz frente al cambio climático’, tuvo lugar el pasado martes, 29 de noviembre de 2022.  

A esta formación gratuita se han inscrito ya más de mil cien personas, y es fruto del convenio de colaboración entre la Dirección General de Medio Ambiente, a través del LIFE-IP NAdapta-CC, la Delegación de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Navarra y el centro asociado de Universidad Nacional de Educación a Distancia(UNED) en Tudela.  

La sesión arrancó con una breve introducción a cargo de Miguel Ángel González Moreno, del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC y técnico en el Servicio de Economía Circular y Cambio Climático de Gobierno de Navarra, para seguidamente dar paso a la primera de las ponencias. Durante la jornada, se expusieron las estrategias para el uso eficiente del riego que se llevan a cabo desde el Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias [INTIA], la gestión de plagas y el modelo colaborativo de estación de avisos digital, también de la mano de INTIA, y las estrategias de mitigación a través de una agricultura inteligente en carbono, con el ejemplo de proyecto LIFE AgroMitiga.

Gestión del riego: estrategias en uso eficiente de riego

Marta Goñi Labat, del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC y técnica del área de I+D en (INTIA), explicó cómo se pueden llevar a cabo medidas de adaptación al cambio climático desde la gestión del agua de riego, tal y como se contempla en la acción C4.2 de gestión del agua en el sector agrario, de LIFE-IP NAdapta-CC.

Se trata, pues, de mejorar la gestión del agua y de la energía para, en última instancia, ser más sostenibles y resilientes frente al cambio climático. Y esto se consigue adoptando una serie de estrategias que permitan hacer frente al déficit hídrico siendo más eficientes con el uso del agua, disminuyendo los consumos de agua y energía, y reduciendo también las emisiones de gases de efecto invernadero.

Así, desde INTIA han impulsado prácticas innovadoras como aspersores de baja presión (elaborados con materiales más eficientes); estrategias de riego deficitario (aportar al cultivo menos dosis de agua en fases no exigentes); todo ello apoyado en nuevas tecnologías como sensores de humedad, teledetección, herramientas de ayuda a la decisión (HAD)…

En primer lugar, el uso de aspersores de baja presión en 2018 permitió concluir que al disminuir la presión de funcionamiento de aspersión 1bar, el rendimiento del cultivo (en este caso maíz) no se vio afectado. Al ahorro energético que supone bajar la presión de riego, hay que sumar el ahorro en la huella de carbono que esta experiencia supone (de 0,011 Kilogramos de CO2 por cada metro cúbico de agua bombeada al año), y el ahorro de agua, por las menores pérdidas de evaporación y menor escorrentía.

En segundo lugar, a partir de 2019, al uso de aspersores de baja presión se añadió la experimentación sobre riego deficitario, esto es, reducir el riego cuando no afecta sensiblemente a la producción y calidad de la cosecha. Para ello, previamente se realizó un estudio de la necesidad de agua de cada cultivo. Una vez realizados los ensayos, se comprobó que, en el caso del maíz y tras un año de campaña, la dosis de agua se redujo en un 8% y el consumo específico de agua bajó hasta 44 metros cúbicos por tonelada de producto.

En tercer lugar, el apoyo de las nuevas tecnologías para la monitorización, teledetección y control de las dosis de riego ha resultado fundamental como complemento a las visitas al campo para llevar a cabo una agricultura de precisión (con información detallada, en tiempo real, de los cultivos; datos en abierto que ofrecen plataformas como Copernicus).

Con toda esta información, concluyó Marta Goñi Labat, se tiene que llegar a una interoperabilidad de datos que permita al medio rural estar más conectado y tomar decisiones más inteligentes, con visión de futuro.

Gestión integrada de plagas: modelo colaborativo de estación de avisos digital.

Carmen Goñi Górriz, del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC y responsable de la Estación de Avisos en INTIA, acercó a las personas asistentes al curso los resultados del trabajo sobre la estación de avisos de INTIA, como un modelo para la gestión integrada de plagas, ya sean plagas presentes, secundarias o de nueva introducción.

La Estación de Avisos es el sistema de trabajo utilizado por INTIA desde hace 30 años para la gestión sanitaria de los cultivos producidos en Navarra, así como para el seguimiento de plagas, enfermedades y malas hierbas. Se trata de una herramienta web de ayuda a la decisión, pública y colaborativa que ofrece información a los agricultores para que puedan tomar las mejores decisiones. Esta información es por un lado descriptiva (sobre cultivos y plagas y su relación); ofrece datos de campo en tiempo real; y es también información georreferenciada y estandarizada.

Como herramienta colaborativa que es, en la actualización de datos de la estación de avisos interviene personal técnico de asesoramiento de INTIA, personal técnico de cooperativas, bodegas, etc., profesionales del campo. Así, se ofrece información de unos 50 cultivos de Navarra, y 150 plagas. Permite monitorear en tiempo real 250 trampas para plagas e insectos con 200 puntos de observación, 27 estaciones meteorológicas y 6 modelos predictivos.

La estación de avisos contiene también unos protocolos de actuación y recomendaciones basados en información contrastada, que incluyen vigilancia en situaciones de riesgo, avisos sobre el inicio del control y vigilancia de plagas, medidas preventivas y medidas de control.

Además de su potente visor, la estación de avisos ofrece también un sistema de alertas a través de una App para móviles.

LIFE AgroMitiga: Estrategias de mitigación del cambio climático a través de una agricultura inteligente en carbono.

Julio Román Vázquez, gestor de proyectos en la Federación Europea de Agricultura de Conservación (ECAF), explicó el proyecto LIFE AgroMitiga, que persigue contribuir a la transición hacia un sistema agrario hipocarbónico, aportando resultados validados, aplicables a los compromisos de la Unión Europea en las alianzas globales climáticas.

El proyecto, cuenta con tres tipos de acciones: acciones de implantación, acciones de divulgación y acciones de seguimiento. Todas ellas con el objetivo de mejorar el conocimiento sobre los contenidos de carbono del suelo; diseñar una metodología de cálculo de huella de carbono para la fase agronómica de los cultivos, integrable en las normativas internacionales de verificación y cálculo de huella de carbono; desarrollar una herramienta tecnológica que permita evaluar y cuantificar el incremento de carbono debido a mejores prácticas en los suelos, que sirva de base para el desarrollo y seguimiento de políticas ligadas al cambio climático y comercio de emisiones; demostrar la capacidad de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de la Agricultura de Conservación de la Cuenca Mediterránea; y favorecer la transición hacia sistemas de manejo mitigadores del cambio climático, a través de la formación y la sensibilización de los agentes del sector agrario.

LIFE AgroMitiga nació para dar soluciones a la subida de temperatura prevista de aquí a unos años, así como la reducción de las precipitaciones, y la cantidad de carbono que contiene el suelo.

Entre las acciones de implantación del proyecto se plantean buenas prácticas agrícolas en cuanto a uso del carbono: siembra directa en cultivos extensivos, cubiertas vegetales en cultivos leñosos, y todo ello combinado con la agricultura de precisión, o lo que es lo mismo, una agricultura inteligente en carbono.

Un estudio ha sectorizado en Andalucía las tierras agrícolas en función del clima, el suelo y el uso y se han elegido 35 fincas sobre las que monitorizar las prácticas agrícolas. A ellas se suma además una finca piloto de la Universidad de Córdoba. Este experimento está replicando en distintas fincas europeas (dos en Italia, dos en Portugal y dos en Grecia).

Los resultados preliminares apuntan que cuando se utiliza siembra directa o laboreo se obtiene un incremento de carbono orgánico en el suelo de un 18,6% Así, en las capas superiores se percibe un aumento mayor del carbono que en las capas inferiores, donde el aumento es más lento. En el caso de las cubiertas vegetales en cultivos leñosos el potencial de secuestro de carbono es mucho mayor, llegando en algunos casos al 50%. También los indicadores de sostenibilidad aumentan tras la aplicación de buenas prácticas, tanto en siembra directa como en cultivos leñosos.

Todo esto se verá reflejado en una herramienta tecnológica que está en desarrollo para la gestión del carbono que será abierta y accesible a agricultores, Con ella se podrá definir el carbono orgánico que se tiene en el suelo y saber qué pasos dar en cuanto a mitigación del cambio climático.

En cuanto a los resultados esperados del proyecto LIFE AgroMitiga se espera una reducción de gases de efecto invernadero 2.732 toneladas/año; un incremento de carbono orgánico en el suelo en comparación con el laboreo tradicional de más de 12.000 toneladas/año en cultivos extensivos y 15.000 en cultivos leñosos; que la superficie agrícola bajo un manejo sostenible aumente 73.500 hectáreas; que la reducción de energía consumida alcance el 20%; y que el proyecto alcance a un millón de personas entre entidades y usuarios individuales.