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La revista RETEMA publica un artículo sobre el estudio de la correcta gestión de biorresiduos de Navarra y el fomento de su reciclaje

En esta experiencia a escala piloto, financiada por LIFE-IP NAdapta-CC, participan NILSA y la Universidad de Zaragoza.

11-10-2022


La revista técnica de Medio Ambiente Retema ha publicado en su número 240 (julio/agosto de 2022) una experiencia piloto que busca impulsar la correcta gestión de biorresiduos de la Comunidad Foral de Navarra, fomentando su reciclaje a través de procesos de compostaje, desde un punto de vista ambiental y sanitario seguro. El estudio, financiado por LIFE-IP NAdapta-CC, ha sido desarrollado por la sociedad pública NILSA (Navarra de Infraestructuras Locales S.A.), socia del proyecto europeo integrado, en colaboración con el grupo de investigación Agua y Salud Ambiental, perteneciente al Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón de la Universidad de Zaragoza.

Este estudio forma parte de la acción C4.1 de LIFE-IP Nadapta-CC para la optimización de la adaptabilidad de los agrosistemas al Cambio Climático mediante estrategias de gestión del suelo, la materia orgánica y los cultivos.

 

El objetivo de este es realizar procesos de compostaje con el fin de fomentar su uso como fertilizante agrícola, minimizando el riesgo ambiental y sanitario asociado. Y, al mismo tiempo, establecer unas pautas de actuación que faciliten la adopción de unas buenas prácticas agrarias, de aplicación de los distintos fertilizantes obtenidos y que favorezcan la coordinación de la estrategia de gestión de residuos de materia orgánica procedente del sector público con las necesidades del sector agrario.

Para el desarrollo del estudio se propuso analizar la evolución microbiológica durante el proceso de compostaje de la fracción orgánica de residuos sólidos urbanos (FORSU) y su aplicación agrícola. Tal seguimiento se ha realizado durante la transformación de FORSU dispuesto en pilas estáticas aireadas a escala piloto, así como en el suelo agrícola real después de la aplicación del compost.

La FORSU utilizada en este estudio fue suministrada por una planta de tratamiento de residuos situada en la Comunidad Foral de Navarra. Como material estructurante (ME) se utilizaron restos de poda y el agua usada para proporcionar humedad al proceso se tomó del nivel freático.

Para llevar a cabo el proceso de compostaje de FORSU a escala piloto se utilizaron cuatro pilas estáticas aireadas con suministro de agua y aire, y fueron determinados parámetros microbiológicos como: la presencia de Salmonella sp. y la concentración de Escherichia coli, coliformes totales y Enterococcus sp. Transcurridas entre 15 y 20 semanas, la estabilidad de la materia orgánica fue determinada a través de las pruebas Rottegrade y el test Solvita®. Finalmente, se realizaron medidas de control del suelo antes de aplicar en terreno, durante y después del ciclo vegetativo del cultivo (maíz), así como del agua de riego.

Conclusiones del estudio

 

 

A lo largo del proceso de compostaje realizado, se observa que las concentraciones bacterianas en el compost final son menores que las detectadas en la mezcla de componentes iniciales, cumpliendo con los requisitos establecidos en el RD 506/2013 sobre productos fertilizantes.

Además, durante el proceso de elaboración del compost, se puede afirmar que la pila estática aireada utilizada ha evolucionado de forma correcta dando lugar un compost de suficiente estabilidad y madurez para ser aplicado en terreno agrícola.

Inicialmente, el compost obtenido presenta concentraciones bacterianas superiores a las del suelo agrícola que va a ser enmendado. Tras la aplicación del compost tienen lugar pequeñas variaciones en cuanto a la concentración de bacterias analizadas, aunque no existen diferencias importantes en cuanto a su evolución si se compara el suelo enmendado con compost y el suelo sin enmienda.

Al finalizar el ciclo vegetativo del cultivo, se pueden observar concentraciones bacterianas similares al inicio por lo que se puede afirmar que la aplicación del compost no supone una reducción en la calidad microbiológica del suelo en este estudio.

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